El mercado actual de cualquier empresa,
independientemente de su tamaño, es el mundo. Ya no hay fronteras. Las avances
tecnológicos han propiciado que cualquier empresa tenga un escaparate global,
lo que, a su vez, ha contribuido a crear una nueva mentalidad colaborativa para
conseguir llegar a cualquier cliente en cualquier rincón. Pero esto, que a
todas luces son ventajas, también ha provocado que la competencia entre ellas se
haya multiplicado
¿Qué factor o factores pueden entonces hacer que una
empresa se diferencie de las demás de la competencia? La comunicación –entendida
como relaciones públicas y no como publicidad- es uno de los componentes clave
para conquistar el éxito empresarial: aporta valor añadido a la empresa, genera
competitividad y, por lo tanto, debe ser una herramienta estratégica en
cualquier organización, según el estudio Comunicación y Competitividad, elaborado por la Universidad de Santiago de Compostela y Torres y
Carrera. Es verdad que hay empresas que no pueden permitirse contar con un
departamento de comunicación, pero hay que desterrar la creencia de que la
inversión en comunicación requiere un gran desembolso económico. En la mayoría
de los casos, nada más lejos de la realidad.
Cada vez es más frecuente que las PYMES externalicen este servicio apostando siempre, y esto es muy importante, por una gestión profesional de la comunicación para elaborar e implementar una estrategia que aborde la comunicación externa e interna –lo que los empleados y proveedores digan de nuestra empresa se convierte en comunicación externa-. Ello incrementará la reputación en el mercado de la empresa, le permitirá llegar a nuevos clientes y, en definitiva, contribuirá a aumentar sus beneficios. Ahí juegan un papel cada vez más crucial, aunque no exclusivo, las redes sociales y las pequeñas empresas no pueden obviarlo.
Los planes de comunicación deben formar parte de los
planes de negocio y apoyarlos para crear una imagen, una marca y para conseguir
los objetivos que se marque la PYME. En
la economía de conocimiento, comunicar es imprescindible porque lo que no se
comunica no se conoce y no se valora; sin comunicación no hay negocio. Además,
si no se habla de uno mismo, la competencia lo hará. ¿Será en positivo? ¿Quién
va a cuidar de nuestra reputación y de nuestra imagen mejor que nosotros? Los
hábitos de los consumidores han cambiado y las PYMES no pueden quedarse atrás y
tienen que estar donde están sus clientes.
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